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Caperucita Roja, versión libre

Caperucita versión libre

Caperucita roja

Versión libre

Había una vez una niña pecosa y pelirroja que siempre llevaba una caperusa roja. Todos la llamaban de cariño: caperucita roja. Un día, cuando caperucita llegó del cole su madre le dijo:

- Hija debes acompañar a tu abuela al dentista. Recuerda ser buena niña y portarte muy bien.

La abuela de caperucita vivía un par de calles más allá, porque una dulce viejecita nunca se iría a vivir sola en una cabaña al final del bosque. 

La abuela pasó por casa de la caperucita a las 3:00pm para ir a la cita con el dentista. Desde luego, su abuela la fue a buscar porque caperucita era una niña pequeña que nunca, nunca salía sola.

Con la sinceridad que siempre la caracterizaba caperucita exclamó al ver a su abuelita:

- ¡Abuelita, abuelita que dientes tan amarillos tienes!

- Es por beber tanto café y chocolate.

- Abuelita, abuelita ¿Te sacarán una muelita?

- No, hoy no. Sólo me harán una limpieza dental.

- Abuelita, abuelita ¿y a mí qué me harán?

- Quizá sacarte ese diente flojo para que venga el ratón Pérez

La niña y la abuelita se fueron al dentista que quedaba cerca del bosque, pero fueron por el camino sin hablar con extraños y sin perder tiempo.

A la abuela le hicieron una limpieza dental y un blanquemiento y a caperucita le sacaron un diente que estaba ya bien flojo.

- Abuelita, abuelita ¡Que guapa estás!

- Y tu mi adorable caperucita, con esa sorisa tan encantadora.

La abuelita y su nieta fueron a una heladería y se comieron un gran helado de fresa y chocolate, luego pasaron por la feria y caperucita vio un precioso peluche ¡Era un lobito, suave y mullido! Su abuelita se lo regaló por haber sido una niña muy buena y valiente.

Cuando regresaron a la casa de caperucita la niña corrió muy feliz a poner su diente debajo de la almohada para que el ratón Pérez le dejara una moneda.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado. 

L.D. Araujo Morales

 

Apuntes sobre el Cuento

Enseñanza/Moraleja:

Entender que no es necesario someterse a riesgos innecesarios.

Hay cuentos que no tienen por qué presentar una problema. Sus personajes pueden contarnos lago cotidiano y simple. Algo anhecdótico que no implique ningún peligro.

 

Edad recomendada:

A partir de 5 años

 

Qué se trabaja:

En los cuentos a veces se exagera y se presentan situaciones poco realistas ¿Una abuelita que vive sola en medio de un bosque? ¿Una madre que envía a su hija al bosque a sabiendas de que hay un lobo feroz? No, nada de eso. Esta caperucita tiene una abuela moderna y una madre muy consciente y desde luego caperucita nunca, nunca pero nunca sale sola porque es un niñita pequeña.