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📖 El cuento del Gallo Pelón 🐓

El Gallo Pelón

Qué significa eso de: ¿Quieres que te cuente el cuento del gallo pelón?

Cuento: El Gallo Pelón

El cuento del gallo pelón es un juego muy popular en latinoamérica, le preguntan a los niños: "¿Quieres que te cuente el cuento del gallo pelón?" y cuando los niños contestan que "sí", le vuelven a preguntar "No es que sí, sino que si quieres que te cuente el cuento del gallo pelón?" y así continúan hasta que los niños se cansan o se van. Es igual que cuando le dicen a los niños: «anda a ver si la gallina puso». Así que la próxima vez que alguien te pregunte:  "¿Quieres que te cuente el cuento del gallo pelón?", ya sabes que lo que significa es que te está vacilando.
¡Pero, también puedes decirle que te sabes el cuento!... el misterio ha sido develado, porque ya mismo vas a leer el verdadero cuento del gallo pelón.

No existía, ni ha existido, en ningún gallinero un gallo más puntual, afinado y fuerte que el Gallo Pelón. Le decían así porque en sus años mozos había sido un Gallito de Pelea y en uno de sus muchísimos enfrentamientos, otro gallo le arrancó las plumitas de la cabeza y lo dejó totalmente pelón.

El popular Gallo Pelón estaba muy orgulloso porque al fin había encontrado a la gallinita de su vida y tenían 10 hermosos pollitos que correteaban y piaban todo el día, alegrándole el corazón.

Un día el Gallo Pelón le propuso a mamá Gallina ir a dar un paseo al río para que los pollitos se divirtieran un buen rato y jugaran en la pradera. La mamá Gallina estuvo de acuerdo con la idea y reunió a todos los pollitos: “Co, co, co hijitos míos, mañana bien temprano nos vamos al río, recuerden que deben ir muy juntitos, todos agarrados de la mano sin apartarse mucho de mí y de papá Gallo Pelón”.

Al día siguiente muy tempranito el Gallo Pelón dio su acostumbrado quiquiriquí puntualmente y reunió a toda la familia: “Muy bien, recuerden las recomendaciones que les dio mamá Gallina y pórtense bien”. Pronto se pusieron en marcha e iban cantando, piando y cacareando muy felices por el sendero.

Pero había un pollito llamado Pipiolo que era muy travieso. Por andar descuidado no hizo caso a los consejos de mamá Gallina.  El pollito Pipiolo no quería agarrarle la mano a su hermanito y se quedaba rezagado viendo las flores del camino.

“¡Apúrate Pipiolo, no te quedes atrás!” Le gritaba uno de sus hermanos, pero Pipiolo no le hacía caso. Pronto los pollitos, junto a mamá Gallina y el papá Gallo Pelón continuaron su alegre marcha y se perdieron entre la vegetación del camino. El pollito Pipiolo se quedó solito mirando hacia los lados y sin saber a dónde ir.

Al llegar al río la mamá Gallina comenzó a contar sus pollitos: “1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9… ¡¡¡¡me falta uno!!!! ¿Dónde está Pipiolo? Papá Gallo Pelón, ven pronto ¡¡¡¡nos falta un pollito!!!!” gritaba angustiada.

“¿Cómo es posible? Estas segura mamá Gallina. Ay Diosito y ahora que vamos a hacer. Dónde estará Pipiolo” decía el Gallo Pelón.

Entonces uno de los pollitos le dijo al papá que Pipiolo no quería darle la mano y que se había quedado rezagado en el camino. Entonces el Gallo Pelón dijo, “bueno espérenme aquí que yo lo voy a buscar. Debe estar muy asustado el pobre. Mamá Gallina no te preocupes que ya lo voy a traer”.

El Gallo Pelón se devolvió a toda prisa y cuando iba por una curva del sendero, escuchó un fuerte gruñido que provenía de unos matorrales y también oyó el débil piar del pollito Pipiolo. Sin pensarlo dos veces el Gallo Pelón se metió entre los matorrales y para su sorpresa consiguió a un zorro que estaba acosando al pollito Pipiolo, lo tenía acorralado y listo para brincarle encima y comérselo.

El Gallo Pelón gritó con fuerza: “¡Un momento, zorro! Ese pollito es mi hijo Pipiolo y si te lo quieres comer tendrá que vérselas conmigo”. 

El zorro se echó a reír y dijo: “Ah bueno entonces comeré doble”. Lo que el zorro no sabía es que el Gallo Pelón había sido campeón de pelea varias veces y que era muy bueno para dar picotazos y clavar las espuelas.

Así que le dio una tunda al zorro que se quedó moreteado y picado por todas partes. “¡Detente ya, para ya!” gritaba el zorro “Está bien los voy a dejar tranquilos. Pero la próxima vez que consiga un pollito por allí solo me lo voy a comer”. Y diciendo esto se fue corriendo hacia lo profundo de los matorrales.

El Gallo Pelón y Pipiolo se regresaron al río para reunirse con toda la familia. La mamá Gallina lloraba de alegría al ver a su pequeño pollito y todos disfrutaron el resto del día jugando y cantando. Antes de caer la noche la familia se regresó al gallinero y esta vez el Pollito Pipiolo iba bien agarrado de la mano del papá Gallo Pelón.

Alonso José Araujo

Apuntes sobre el Cuento

Enseñanza/Moraleja:

No importa si eres más pequeño y aparentemente débil si estás bien entrenado y preparado. Y también que hay que hacerle caso a papá y mamá. Atender las normas de seguridad.

 

Edad recomendada:

A partir de 3 años

 

Qué se trabaja:

El cuento del gallo pelón es muy popular. Pero en realidad nadie sabe sobre la historia de éste gallo. Desvelamos la historia y vemos que es muy valiente y que cuida a su familia como un campeón. El cuento llama a la reflexión de los niños: hacer lo que nuestros padres nos aconsejan para mantenernos a salvo.

 

Valores:

Familia, protección, cumplir las normas, valentía

 

Propuesta educativa de trabajo:

Después de leer el cuento puedes comentar con tu hijo/a ¿qué hizo mal Pipiolo? ¿Se puso en peligro al desobedecer a sus padres? ¿Cómo actuó el Gallo Pelón? ¿Qué habría pasado si el gallo no supiera pelear?



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