Los cuatro Dragones
Un mito de China
Hace mucho tiempo existieron cuatro hermosos dragones que vivían e el cielo sobre China. Eran cuatro hermanos: uno negro, uno amarillo, uno rojo y otro azul.
Cada día volaban entre las nubes y las personas podían verles y sentir la suave brisa que producían sus alas al volar. Estaban felices porque pensaban que los cuatro dragones traían buen fortuna a su país.
Un día los dragones miraron hacia la tierra y se dieron cuenta de que los árboles y plantas estaban secos y casi muertos. La gente lloraba y suplicaba que lloviera porque ya casi no tenían nada de siembre ni cosecha. Entonces uno de los dragones dijo a sus hermanos:
- El emperador de Jade de los Cielos está ocupado con sus amigos en su gran fiesta del palacio y se ha olvidado de enviar la lluvia a la tierra.
- Vamos allá y le preguntamos cuándo enviará la lluvia - propuso el dragón amarillo.
Los otros estuvieron de acuerdo así que volaron hasta el palacio del emperador de Jade. Cuando ésto los vio venir les preguntó:
- ¿Qué hacéis en mi fiesta?
Los cuatro dragones hicieron una gran reverencia ante el emperador y le contaron lo que estaba ocurriendo en la tierra.
- Sí, si... desde luego. Enviaré la lluvia muy pronto - respondió el emperador y regresó con sus amigos a seguir celebrando.
Pasaron muchos días y los dragones esperaban que el emperador enviara la lluvia, pero no llovía en absoluto.
- El emperador de Jade no ha hecho caso de nuestra petición y las personas están muriendo al igual que la naturaleza. Él está muy ocupado disfrutando con sus amigos. Debemos hacer algo nosotros mismos. - dijo el dragón rojo.
- Es cierto, no podemos dejar que las personas y la tierra mueran. Debemos enviar la lluvia - respondieron sus hermanos.
Así fue como los cuatro dragones volaron y buscaron nubes negras cargadas de mucha agua y las empujaron para que descargaran la lluvia sobre la tierra de China. Entonces los árboles volvieron a tener hojas verdes y los humanos pudieron sembrar y recolectar su cosecha para comer. Las personas gritaban agradecidas a los dragones "¡Gracias, gracias nos han salvado!"
Pero cuando el emperador de Jade se dio cuenta de lo que habían hecho los dragones se enfadó mucho.
- ¡Yo soy el emperador de Jade de los cielos! ¡Y sólo yo puedo hacer que llueva! Castigaré a los cuatro dragones. - Llamó a los guardianes del palacio y les ordenó capturar a los dragones.
El emperador castigó a los dragones poniéndolos debajo de cuatro grandes montañas de las cuales era imposible escapar. Pero aún así los dragones deseaban seguir ayudando a las personas.
- Hermanos vamos a convertirnos en ríos - dijo el dragón azul.
Así que los cuatro se transformaron en ríos y brotaron de lo profundo de las montañas para llevar agua a cada pueblo donde hubiera personas.
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