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⛄Jack Frost, el espíritu invernal

Jack Frost, el espíritu invernal

Jack Frost

El espíritu invernal

Erase que se era un hermoso bosque escondido en el que, un día los animales encontraron a un bebé abandonado en la nieve. Los animales muy sorprendidos y muy conmovidos decidieron llevarlo a una  madriguera para protegerlo del frío.

Entre todos comenzaron a cuidar al bebé, le llevaban bayas y leche para nutrirlo. A medida que fue creciendo le enseñaron a reconocer todos y cada uno de los lenguajes de las criaturas que vivían en ese bosque. El pequeño se transformó en un chiquillo muy travieso al que le encantaba el invierno.

Las arañas se habían encargado de tejerle un traje de seda, musgo y hojas, a fin de que pudiese jugar entre la nieve sin sentir frío. Los zorros por su parte, le enseñaron a recoger frutos secos para alimentarse.

El sabio búho le enseñó a fabricar todo tipo de pócimas y a practicar magia, puesto que es bien sabido que estos animales conocen muchos secretos.

Pero un día los duendes desalmados llamados goblins lo raptaron a fin de que les mostrara su magia. Pero el pequeño era muy astuto así que les dijo que lo llevaran hasta un enorme lago congelado, en el que podrían ver el reflejo del sol y apropiarse de sus poderes.

Los duendes lo condujeron hasta la laguna, que relucía como una gema helada frente a los rayos del sol. El muchacho quiso engañarlos para que caminaran sobre el hielo, a sabiendas de que este se rompería bajo su peso y se perderían en las aguas.

Pero en el último instante, al percatarse de la trampa, uno de los duendes lo atrapó por el pie y se lo trajo consigo, ahogándose todos en las profundidades.

Cuando los animales se dieron cuenta corrieron para sacar al chico del lago, pero ya era demasiado tarde. Su piel estaba totalmente azul y la escarcha se había pegado en sus cabellos, sumiéndolo en el sueño eterno.

Muy tristes, fueron a ver al viejo búho, para ver si podía despertarlo. Al examinarlo el búho dijo:

- Su cuerpo no pudo aguantar tanto frío y nunca podrá despertar. Mas no os preocupéis pues se bien lo que se ha de hacer.

El búho le pidió a los animales que hicieran un muñeco de nieve, luego utilizando una de sus pociones, hizo que el pequeño despertase en aquel nuevo cuerpo, tan blanco como el invierno. Las criaturas del bosque lo llamaron Jack Frost y desde entonces, solo aguardaban con emoción los últimos meses del año para verlo aparecer.

Cada vez que las nevadas se hacían intensas, apreciaban una silueta redonda y familiar deslizándose por las praderas. Jack Frost se acercaba en ocasiones al pueblo y soplaba sobre los cristales de las ventanas, plasmando bellos patrones de escarcha. A veces hacía que el suelo se congelara y las personas resbalaban.

A donde quiera que iba Jack Frost hacía muchas cosas increíbles como construir sobre cada arroyo puentes que parecían de cristal.

Cuando Jack Frost llegaba ponía a dormir a las flores con un ligero toque de su mano, todas se inclinaban y se hundían en la tierra cálida hasta la siguiente primavera. Y para que no echaran de menos a las flores ponía en cada ventana hermosas guirnaldas hechas de nieve.

También formaba estalactitas de hielo en los techos de los hogares y hacía a los más pequeños reír con sus ocurrencias. Pero a veces, a los niños más traviesos Jack les pellizcaba la nariz, las orejas y los dedos... aunque Santa Claus siempre le pedía que no lo hiciera.

Desde ese momento, cada vez que llega el invierno y la Navidad, se habla de él diciendo ya ha venido Jack Frost. Si tienes suerte, alguna vez podrías verlo.


Apuntes sobre el Cuento

Esta es una leyenda de la mitología nórdica que se ha desarrollado más hacia finales del siglo XIX.