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Kotura, el señor de los vientos

 Kotura, el señor de los vientos

Una leyenda de Siberia

Esta historia ocurrió hace mucho tiempo en el norte de Siberia, allí vivía un anciano con sus dos hijas.Habitaban en una comunidad nómada en tiendas pequeñas que apenas les protegían de la nieve y el frío.

Un día hubo una terrible tormenta de nieve que se prolongó durante tres días. El viento se hacía cada vez más fuerte. Los habitantes de la comunidad tenían mucho frío y no podían salir de sus tiendas. El anciano y sus dos hijas se sentaban alrededor de una pequeña fogata para mantenerse calientes.

Finalmente el anciano les dijo a sus hijas: "Kotura, señor de los vientos está molesto con nosotros. Debemos enviarle una esposa para que detenga la tormenta o si no moriremos de hambre y frío".

El anciano miró a su hija mayor y dijo: "Tu eres la mayor. Ve con Kotura y pregúntale si puede detener la tormenta"

- ¿Cómo puedo ir? preguntó la hija mayor - No conozco el camino.

- Toma éste trineo y dirige tu rostro hacia el viento del norte. Empuja el trineo hacia adelante y luego sigue a donde te lleve. El viento abrirá tu abrigo, pero no intentes cerrarlo. La nieve se meterá en tus zapatos, pero no intentes vaciarlos. Después de un rato llegarás a una colina. Escala a la cima de la colina y una vez allí podrás cerrar tu abrigo y sacar la nieve de tus zapatos. - le dijo el anciano padre.

- ¿Y que debo hacer luego? - preguntó la chica.

- Un pequeño pájaro vendrá y se posará en tu hombro. Te llevará directamente hasta la tienda de Kotura. Entra en la tienda pero no debes tocar nada. Siéntate cerca del fuego y espera a Kotura. Debes hacer exactamente lo que te estoy diciendo - dijo el anciano a su hija.

La hija mayor se puso su abrigo y volvió su cara hacia el viento del norte. Empujó el trineo y se dejó llevar a través de la tormenta. Su abrigo se abrió y sus zapatos se llenaron de nieve. Ella estaba helada y no cesaba de cerrar su abrigo y de sacudir sus zapatos durante el camino. Cuando llegó a la colina un pequeño pájaro intentó posarse en su hombro pero ella lo espantó con la mano, el pajarito dió unas tres vueltas a su alrededor y luego se marchó.

La hija mayor salto sobre su trineo y se lanzó colina abajo hasta que chocó con una enorme tienda. Entro dentro de la tienda y vio una enorme pieza de carne cocida, estaba muy hambrienta así que se comió un trozo de carne, luego otro trozo, otro más y otro... hasta que terminó de comerse toda la carne. Justo cuando terminó de comer un joven grande y apuesto entró a la tienda.

-¿De dónde eres muchacha? ¿Qué haces aquí? - preguntó con una fuerte y profunda voz.

- Mi padre me ha enviado para que sea tu esposa - respondió la chica.

Kotura observo severamente a la joven y le dijo: 

- Cocina esta carne que he cazado.

La joven cocinó el trozo de carne y se lo dio a Kotura. El hombre dividió la carne en dos pedazos y colocó una de los trozos en un plato.

- Comeremos una mitad y la otra mitad la llevarás a mi vecina, la vieja mujer de la nieves. Escúchame atentamente: no entres dentro de su tienda. Espera hasta que la vieja mujer salga fuera de su tienda dale el plato y espera afuera. Ella te entregará el plato vació. - dijo Kotura.

La hija mayor cogió el plato con la mitad de la carne y se fue a la tienda. La noche era muy oscura y el viento hacía que la nieve se metiera en sus ojos. Le resultaba difícil caminar y de pronto tropezó y se le cayó la carne en la nieve. Luego regresó a la tienda de Kotura con el plato vacío.

El señor de los vientos la observó y le pregunto:

- Muéstrame el plato, quiero ver qué te dio la mujer de la nieve.

La hija mayor le mostró el plato vacío. Kotura no dijo nada. Terminó de comer y se dispuso a dormir.

En la mañana Kotura se dispuso a salir de cacería. Antes de partir le dio a la joven algunas pieles y le dijo:

- Limpia estas pieles y elabora con ellas un abrigo, unas botas y unos guantes. Deben estar listos al anochecer.

La chica comenzó a trabajar. Enseguida entró a la tienda una anciana.

- Tengo algo en mi ojo, por favor ayúdame a sacarlo - dijo la anciana

- Estoy muy ocupada, no tengo tiempo - dijo la hija mayor.

La anciana se quedó en silencio y se marchó.

La hija mayor limpió las pieles rápidamente y luego las cortó y cosió. Quería terminar lo más rápido posible, así que se apresuró pero no hizo bien el trabajo.

Al caer la noche Kotura regresó y preguntó:

- ¿Ya está lista mi ropa?

- Desde luego - dijo la chica entregando la ropa.

Kotura examinó la ropa con sus grandes manos, las pieles no estaban lo suficientemente suaves porque no había sido bien limpiadas. La ropa estaba muy mal cortada y mal cosida. Cuando intentó probarse la ropa le quedaba muy pequeña.

Kotura se enfadó tanto que echó a la chica fuera de la tienda en mitad de la noche, ella se fue lejos de la tienda y pronto murió congelada.

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El viento y la tormenta se hacían cada vez más fuertes. En el campamento nómada el anciano miró a su hija menor y dijo:

- Tu hermana no siguió al pie de la letra mis instrucciones. Esa es la razón por la cual la tormenta continua. Deberás ir con Kotura. No deseo enviarte, pero no tengo otra opción. Ve con cuidado o todos moriremos de frío.

La hija menor subió al trineo, lo empujó y se introdujo en la tormenta con su rostro hacia el viento del norte. Pero la hija menor siguió cuidadosamente las instrucciones de su padre. Finalmente llegó a la tienda de Kotura. Estaba muy hambrienta pero esperó dentro de la tienda sin tocar nada, sentada junto al fuego.

Pronto Kotura entró a la tienda. Miró alrededor de la tiendo y sonrió al ver a la hija menor.

- ¿Por qué estás aquí? - preguntó a la chica.

- Mi pueblo está muriendo a causa de la tormenta. Mi padre me ha enviado para que sea tu esposa. El espera que tu detengas la tormenta - respondió la chica.

- Prepara el fuego y cocina algo de carne. Estoy hambriento y veo que tu tampoco has comido nada - dijo Kotura

La joven preparó la carne y se la dio. Él dividió la carne en dos partes y puso una en un plato.

- Ven y come esta mitad de la carne conmigo - le dijo

Cuando terminaron de comer le dió el plato con la otra mitad y le dijo:

- Lleva este plato a la mujer de la nieve, pero no entres dentro de su tienda o te congelarás hasta morir. Debes esperar afuera hasta que ella te entregue el plato vacío.

La joven cogió el plato y salió a la oscura noche. El viento soplaba con fuerza a su alrededor y ella se sentía desorientada. De repente el pequeño pájaro voló frente a ella y le mostró el camino. La choca siguió al pajarito hasta llegar una tienda hecha completamente de nieve. La puerta se abrió y una anciana salió.

- ¿Qué hace aquí? ¿Qué quieres? - preguntó la anciana

- Traigo un plato de carne para usted de parte de Kotura, señor de los vientos - contestó la joven.

- ¿Kotura te ha enviado? muy bien, espera aquí - dijo la anciana llevando el plato dentro de su tienda de nieve.

La joven chica esperó durante largo rato. Hasta que la anciana salió con el plato limpio y con algunos objetos que la muchacha no podía ver porque estaba muy oscuro. Así que regresó a la tienda de Kotura.

- Estuviste afuera durante largo rato ¿Encontraste la tienda de la mujer de la nieve? - dijo Kotura

- Sí, pero estaba muy lejos de aquí y tuve que esperar afuera durante largo rato - contesto ella.

- Déjame ver el plato, quiero ver qué te dio ella-

Kotura observó el plato y vio que había dos cuchillos afilados, unas agujas de hueso y algunas herramientas para limpiar pieles.

- Te ha dado algunos presentes que te mantendrán un poco ocupada - dijo Kotura sonriendo.

La siguiente mañana antes de irse de caza. Kotura le dio a la chica algunas pieles de animales y le dijo:

- Limpia estas pieles y elabora con ellas un abrigo, unas botas y unos guantes. Deben estar listos al anochecer. Si lo haces bien me casaré contigo.

La joven cogió los presentes que le había dado la anciana y comenzó a trabajar. Limpió, cortó y cosió las piezas muy cuidadosamente y tan rápido como podía, pero sus manos comenzaron a sangrar por el arduo trabajo. Después de un rato la anciana entró a la tienda.

- Ayúdame jovencita, tengo algo en mi ojo, por favor ayúdame a sacarlo - dijo la anciana

La chica rápidamente dejó su labor y ayudó a la anciana.

- Mucho mejor. Mi ojo ya no me duele. Ahora mira en mi oreja derecha - dijo la mujer

La chica miró dentro de la oreja de la anciana y se quedó muy sorprendida.

- ¿Qué ves? - preguntó la anciana

- Veo a una joven sentada dentro de tu oreja - contesto la hija menor.

- Llámala para que venga a ayudarte a terminar la ropa de Kotura - dijo la anciana

Pero cuando la chica llamó a la joven no salió una sino 4 mujeres que comenzaron a trabajar para ayudarle a terminar la ropa de Kotura. Terminaron el trabajo muy rápido. Luego las 4 jóvenes regresaron a la oreja derecha de la mujer de las nieves y ésta se marchó.

Al caer la noche el señor de los vientos regresó y preguntó:

- ¿Está lista mi ropa?

- Sí, aquí está - dijo la chica

- Tráemela y me la probaré.e

Se probó el abrigo, las botas y los guantes y le quedaron perfectamente bien. Kotura sonrió y le dijo:

- Me gustas y también le gustas a mi madre y a mis 4 hermanas. Trabajas bien y eres muy valiente. Escuchaste las instrucciones de tu padre y caminaste dentro de la terrible tormenta para salvar a tu pueblo. Quédate y cásate conmigo.

Tan pronto como Kotura terminó de hablar la tormenta se detuvo y la gente pudo salir de sus tiendas y celebraron al ver el cielo azul. En el campamento nómada el anciano salió de su tienda gritando de alegría: "Mi pequeña hija está bien y es la esposa del señor de los vientos"

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Esta historia nos enseña la importancia de escuchar y seguir instrucciones, ser valiente, amable y hacer bien nuestro trabajo.