El Gato Multicolor
Un cuento sobre el miedo a la oscuridad
A menudo pensaba: “me gustaría ser valiente y confiado y nunca más temerle a la oscuridad. Así podría pasear por los tejados, contemplar la luna y soñar”. Pero en cuanto oscurecía, Agnus se escondía tembloroso y rompía en tristes sollozos. “Los gatos no deben tener miedo” le decían sus amigos y muy dentro de su corazón Argus sabía que él era un felino valeroso e intrépido.
Una noche sin luna, oscura y lluviosa Argus se acurrucaba en un rincón y maullaba estremecido, cuando sin ton ni son, se le acercó un ratón gordito “oye, qué te ocurre, por qué lloras tanto, ¡no me dejas dormir!”. Sus ojos azules se quedaron sorprendidos, ¿acaso un ratón le estaba dirigiendo la palabra? Argus tenía hambre y podía habérselo comido de un solo bocado, pero estaba tan asustado y confundido que no podía mover un músculo.
“¿Qué eres sordo? Te hice una pregunta” insistió el ratón. Luego de unos instantes Argus le contó que sentía miedo de la oscuridad. “¿En serio? vaya gatito, veamos qué puedo hacer por ti, espera un momento” y dando media vuelta se dirigió a un pequeño agujero en la pared, en pocos minutos estaba de regreso con unas graciosas gafas y un pesado libro que hojeaba con gran interés.
“A ver, a ver… ¡eso es, aquí esta!” dijo resuelto el ratón. “Oye gato, antes de ayudarte debes prometerme que no me comerás”, esa oferta sonaba sensata así que Argus aceptó. “Bien, entonces procedamos, ¿qué es exactamente lo que no te gusta de la oscuridad?” preguntó el ratón. “Pues, que todo se ve muy distinto y amenazante… creo que pueden haber cosas feas y malas que me hagan daño”
“Mmmm… entiendo. Pero si no hay oscuridad ¿cómo sabrás cuándo es de día y cuándo es de noche?, ¿cómo podrás saber que es la hora de dormir y descansar, y en qué momento saldrían la luna y las estrellas? ¿y cuándo soñarías?” dijo el ratón. “¿Alguna vez has sido valiente gatito?” preguntó.
“¡Oh sí, claro! Yo he sido muy valiente” dijo Argus. “Bien, entones de seguro recuerdas cómo te has sentido cuando eres valiente” insistió el ratón. “Sí, me siento fuerte y lleno de confianza, por ejemplo, cuando doy brincos espectaculares… todos mis amigos dicen que soy muy bueno, y lo mejor es que siempre caigo de pie”.
- “Grandioso amigo, eso si que es valentía” dijo el ratoncito. “¿Qué te parece si me enseñas a brincar muy alto?”
- “Es fácil, sólo te impulsas con las patas de atrás con fuerza y saltas” explicó el gatito ya más tranquilo.
- “De acuerdo, lo intentaré” dijo el ratón y acto seguido dio el brinquito más cómico y chistoso que Argus había visto en su vida. Era tan gracioso que no podía parar de reír.
- “Bueno, al menos te estas divirtiendo” dijo el ratón. “¿Qué te parece si echamos un vistazo allá afuera?” propuso, pero Argus se quedó pensativo y dudoso.
- “Pero allá está muy oscuro y aún llueve”
- “Descuida amiguito, ¿acaso no lo sabes? En este libro dice que el agua de lluvia en luna nueva es mágica y puedes pedir un deseo, así que estamos de suerte. A ver, ¿cuál es tu mayor deseo gatito?...
- “Deseo, deseo… ¡deseo ser valiente aún en la oscuridad!” dijo con firmeza Argus.
- “Pues ven conmigo gatito, este baño de lluvia mágica concederá tu deseo”, afirmo el ratón y salió corriendo directo hacia la lluvia.
Argus lo siguió corriendo, su corazón latía fuertemente de emoción y al sentir las gotitas de lluvia comenzó a bailar y brincar contento, el agua estaba fría pero se sentía como cosquillas, y de repente todo a su alrededor comenzó a cambiar, la oscuridad comenzó a disiparse y sólo veía a su alrededor brillantes colores que lo envolvían y lo llenaban de valor, inevitablemente se sintió fuerte, de su interior brotó el alma felina de sus ancestros. Los colores pintaban su pelaje y con cada gotita de lluvia se sentía cada vez más seguro. Era una sensación maravillosa. Argus estaba feliz.
Los primeros rayos de sol asomaron en el horizonte y el gato abrió sus ojos, sentía como si hubiera dormido plácidamente toda la noche. De pronto recordó al ratón, los brincos, la lluvia, los colores y su deseo hecho realidad. ¿Acaso todo había sido un sueño?
Buscó por todos lados. Nada, no había ni rastros del gracioso ratón. Pero al pasar junto a un charco de agua Argus observó su propio reflejo… su pelaje ya no era negro, tenía tantos colores como el arco iris y sus grandes ojos almendrados reflejaban a un gato lleno de la valerosa fuerza de un león. Entonces supo que de ahora en adelante sería el más valiente, seguro y confiado gato aun en medio de una noche sin luna, de ahora en adelante podría pasear por los tejados y contemplar las estrellas feliz.
L. D. Araujo Morales
Apuntes sobre el Cuento |
Enseñanza/Moraleja: Todos tenemos miedos, pero también todos hemos sido valientes alguna vez.
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Edad recomendada: A partir de 3 años
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Qué se trabaja: A través del reconocimiento de recursos personales internos podemos aplicarlos o extrapolarlos a otras situaciones. Por ejemplo, la valentía: en algunos casos hemos sido valientes y en otros hemos tenido miedo, pero sabemos que dentro de nosotros tenemos la capacidad de ser valientes.
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Valores: Valentía, apoyo, compañerismo
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Propuesta educativa de trabajo: Después de leer el cuento puedes comentar con tu hijo/a ¿Lo que le da miedo a unas personas es igual para otras? ¿Qué te da miedo? ¿Alguna vez has sido valiente? ¿Cuéntame qué hiciste cuando fuiste valiente? ¿Y si enfrentamos nuestros miedos? ¿Y si de repente sacamos nuestra valentía? Puede que el miedo se vaya |
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