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Ricitos de oro y los tres osos

Ricitos de oro y los tres osos

Versión Libre

Érase una vez una familia de tres osos que vivían en una primorosa casita en el bosque. Iban a desayunar un delicioso plato de avena pero como estaba tan caliente decidieron dar un pase matinal para dar tiempo a que se enfriara un poco. Los osos dejaron la puerta de la casa abierta.

Una niña rubia como el sol a quien todos conocían como ricitos de oro por su cabellera dorada, paseaba por allí y vio la hermosa casita, al ver la puerta abierta sintió curiosidad de mirar cómo era aquella linda casa, así que olvidando los buenos modales que sus padres le había enseñado, sin pedir permiso entró.

Ricitos de oro estaba encantada observando todo cuando de repente sintió un delicioso aroma que venía del comedor, era la avena que estaba servida en la mesa y olvidando los buenos modales que sus padres le había enseñado, de no coger las cosas ajenas sin permiso, los probó.

El primer plato era grande, la niña lo probó pero estaba muy caliente y no le gustó. Probó el segundo plato que era mediano, pero estaba muy frío y tampoco le gustó, luego probó del tercer plato que era el más pequeño y le pareció que estaba perfecto, así que se comió toda la avena.

Luego vio unas sillas convenientemente bien situadas cerca de la chimenea así que pensó que después de ese desayuno estaría muy bien sentarse un rato. Y una vez más no hizo caso a los buenos modales que sus padres le habían enseñado de respetar las cosas ajenas, probó la silla más grande pero le pareció muy dura, luego la silla mediana y la encontró demasiado blanda, así que se sentó en la silla pequeña que estaba muy cómoda, pero como ricitos de oro pesaba mucho la sillita se rompió.

La niña tenía mucho sueño y quería tumbarse un rato así que subió las escaleras y encontró una amplia habitación con tres camas, probó primero la cama grande, pero le pareció demasiado dura, luego la mediana pero la encontró muy incómoda y por último la cama pequeña y le pareció que aquella camita estaba tan mullida y cómoda que se quedó profundamente dormida.

Al poco rato llego la familia de los osos y al ir al comedor el papá oso dijo:

- Alguien a probado mi plato

- Alguien también a tomado de mi plato - dijo la mamá osa

- ¡Alguien se ha comido toda mi avena! - dijo el osito

Luego miraron hacia el salón y papá oso dijo:

- Alguien se ha sentado en mi silla

- Alguien se ha sentado en mi silla también - dijo mamá osa

- ¡Alguien se sentó en mi silla y la ha roto! - exclamó el osito

Ya preocupados la familia de osos decidieron subir a la habitación. El papá oso dijo:

- Alguien se ha acostado en mi cama

- Mi cama también está destendida, alguien ha estado en mi cama - dijo la mamá osa

- ¡Alguien está durmiendo en mi camita! - dijo el osito

Papá oso, mamá osa y el osito se quedaron observando a ricitos de oro que dormía plácidamente y se preguntaron quién era aquella intrusa que había entrado en su casa sin permiso. 

- ¿Será una niña que se ha perdido en el bosque? - dijo papá oso

- Podre, seguramente tendría mucha hambre - dijo la mamá osa

- Y quizá estaba muy cansada - agregó el osito

Ricitos de oro se despertó y cuando vio a los tres osos observándola fijamente gritó del susto, los osos también se asustaron con el chillido de la niña y se escondieron. Ricitos de oro salió corriendo despavorida para nunca más regresar.


Ricitos de Oro y los tres osos es un cuento de hadas, normalmente considerado como una historia folclórica anónima, tal vez de origen escocés. Se popularizó en 1837 cuando Robert Southey la escribió en un texto en prosa.


Apuntes sobre el Cuento

Enseñanza/Moraleja:

Respetar las cosas ajenas.

 

Edad recomendada:

A partir de 5 años

 

Qué se trabaja:

El respeto hacia lo que no es nuestro, pedir permiso antes de usar o coger algo que no nos pertenece, cuidar lo ajeno.

 

Valores:

Respeto, prudencia, educación.

 

Propuesta educativa de trabajo:

Después de leer el cuento puedes comentar con tu hijo/a ¿debió pedir permiso recitos de oro antes de entrar a la casa de los osos? ¿está bien comerse la comida de otro sin preguntar? ¿podemos usar las cosas ajenas sin pedir permiso?