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El leñador y su hacha

El leñador y su hacha

Versión Libre

Había una vez un humilde leñador que vivía con su esposa e hijos en una casita en el bosque. Cierto día fue a cortar leña cerca del río y mientras derribaba un árbol se le cayó el hacha y fue a parar en lo profundo del río.

El pobre leñador al verse sin su hacha se afligió muchísimo y se sentó en la orilla, llorando sin consuelo.

De repente, una hermosa ninfa del río emergió emergió de las aguas y se dirigió a él, diciéndole:

- ¿Por qué lloras buen hombre?

El hombre dijo a la bellísima ninfa:

- Se me ha caído el hacha y no puedo alcanzarla porque no sé nadar.

- Quiero ayudarte ¿Dónde se ha caído tu hacha?

Y el leñador esperanzado, señaló el lugar donde se le había caído.

La ninfa se sumergió y desapareció dejando un pequeño remolino de agua. Al poco rato apareció de nuevo trayendo en su mano una bellísima hacha con incrustaciones de oro y diamantes.

- ¿Es esta tu hacha? - preguntó la ninfa.

El leñador la contempló y moviendo la cabeza le dijo:

- No, esa no es mi hacha.

- Lo siento - repuso la ninfa.

Y desapareció de nuevo bajo las aguas. A los pocos minutos emergió de nuevo trayendo otra hacha hermosa con incrustaciones de plata y rubí. La ninfa preguntó de nuevo al leñador:

- ¿Es esta tu hacha? - y el leñador respondió

- No, esa tampoco es mi hacha.

- Espera un poco

La bella ninfa se sumergió de nuevo y apareció casi el instante con una vieja hacha de acero.

- ¿Es esta tu hacha? - preguntó la ninfa de nuevo.

El leñador sonrió como un niño que ve de nuevo su juguete perdido.

- Sí, sí! Esa es mi hacha ¡Gracias, gracias!

La ninfa le entregó el hacha diciendo:

- Porque no has sido ambicioso te regalo estas dos preciosas hachas; te las has ganado gracias a tu gran honradez.

Y el leñador se fue muy feliz con su familia y sus tres hachas. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Autor: Esopo