¿Por qué el mar es salado?
Una leyenda de Dinamarca
Hace mucho tiempo un viajero quería ir en barco desde Dinamarca hasta Noruega, pero no tenía suficiente dinero para pagar el costoso viaje. El viajero sacó de su mochila un molinillo de sal y lo puso sobre la mesa del capitán del barco y le dijo:
- Te daré éste molinillo de sal para pagar mi viaje.
- ¿Qué? ¿Un molinillo de sal ordinario? Eso no cubre en absoluto el costo del viaje hasta Noruega - dijo el capitán.
- ¡Ah! pero este es un molinillo de sal mágico, observe - dijo el viajero - ¡Muele!- dijo el hombre y el molinillo comenzó a moler sal. Cuando tuvo una taza de sal llena, el viajero dijo: "Detente, por favor" y el molinillo dejó de moler la sal.
- Usted nunca volverá a comprar sal en toda su vida - dijo el viajero al capitán.
- Sí, de acuerdo... ese molinillo de sal puede ser de mucha utilidad, lo tomaré - respondió el capitán y guardó el molinillo de sal en su camarote.
Durante el viaje hacia Noruega se desató una gran tormenta y el capitán se mantuvo muy ocupado lidiando con el mal clima así que no tuvo tiempo para pensar en el molinillo de sal. Pero cuando iban de regreso desde Noruega hacia Dinamarca, el capitán se dió cuenta de que necesitaba sal para aderezar su filete de carne y recordó el molinillo mágico.
Sacó el molinillo y lo puso sobre su mesa y le dijo: "¡Muele!". El molinillo de inmediato comenzó a moler la sal y pronto el capitan tuvo una taza llena. "Detente" dijo el capitán, pero el molinillo continuó moliendo. "¡Deja de moler!" ordenó, pero el molinillo no se detuvo y la sal comenzó a derramarse por toda la mesa. "¡No muelas más!", gritó el capitán, pero el molinillo de sal siguió moliendo cada vez más y más.
El capitán llenó un cubo entero con sal, "Detente, para, no sigas", gritaba... pero el molinillo seguía. El Capitán intentó guardar el molinillo dentro de un baúl de madera y lo cerró con llave, pero el molinillo continuó sacando más y más sal hasta que el baúl se reventó y se derramó por todo el suelo, la cabina del capitán comenzó a llenarse completamente de sal. "¡Basta, basta, para, detente!", gritaba una y otra vez el hombre desesperado.
La sal era ya tanta que el barco comenzó a hundirse, entonces el capitán agarró el molinillo y lo arrojó fuera del barco tan lejos como pudo.
Y cuenta la leyenda que el molinillo continúa moliendo la sal hasta nuestros días, esa es la razón por la cual el mar es salado, porque un estúpido capitán no recordó la palabra mágica para hacer que el molinillo se detuviera: POR FAVOR.
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