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Fábulas cortas de Esopo

Fábulas cortas de Esopo

 Esopo fue un escritor griego que vivió en el siglo VI a.C. Se consideró como el inventor de las fábulas, uno de los géneros más antiguos de la literatura universal, que consiste en un relato breve cuyos protagonistas son los animales personificados y que encierran siempre una moraleja o lección didáctica. A Esopo le agradecemos entrañables fábulas como: la liebre y la tortuga, la hormiga y la cigarra, entre otras.

 

El murciélago y las comadrejas

Cierto día cayó un murciélago a tierra y fue atrapado por una comadreja. El murciélago le imploró a la comadreja para que no se lo comiera. Pero la comadreja le dijo que no podía soltarlo porque de nacimiento era enemiga de los pájaros. El murciélago rápidamente replicó que él no era pájaro sino un ratón, y de esa manera se libró de la muerte con gran astucia.

 Paso el tiempo y el murciélago volvió a caer en manos de una segunda comadreja, a la que también le suplicó que no le devorara. La comadreja le dijo que odiaba a los ratones, de manera que no podía dejarlo ir. El murciélago rápidamente le contestó que él no era un ratón sino un pájaro, de manera que consiguió volverse a librar.

Moraleja

Debemos ser capaces de adaptarnos a las situaciones de manera rápida y flexible.

 

El lobo con piel de cordero

Un día un lobo se puso a pensar en cómo facilitar su tarea de caza y se le ocurrió la idea de disfrazarse. Se puso un traje de oveja y a continuación fue a pastar con el rebaño, de manera que despistó al pastor. Al llegar la tarde fue llevado junto al resto del rebaño a un cercado, quedando en el interior junto a sus deseadas presas. El lobo comió tanto que se puso gordo.

Sin embargo, por la noche el pastor entró buscando carne para el día siguiente y al ver al lobo disfrazado que estaba tan gordito lo cogió creyendo que era una oveja bien carnosa. Así que lo sacrificó para preparar un estofado.

Moraleja: 

Engañar a los demás no nos genera beneficios sino que terminará causándonos daños.

 

El lobo y el cordero

Había una vez un lobo que vio a un cordero en la orilla de un río y quiso comérselo ofreciendo un pretexto simple pero verosímil. A pesar de estar río arriba, le acusó de no dejarle beber al revolver el agua. El cordero contestó que al estar el lobo río arriba y el más abajo no era posible que que así fuera.

Al ver el fracaso, el lobo acusó al cordero de haber insultado a sus padres el año anterior, a lo que el cordero contestó que hacía un año el aún no había nacido. El lobo dijo entonces que aunque el cordero se justificaba muy bien, no le dejaría ir y no iba a dejar de comérselo.

Moraleja

Quien desea provocar un daño no se van a detener independientemente de que los argumentos o de que sea o no justo.

 

La paloma y la hormiga

Érase una vez una hormiga que, sedienta, se acercó a beber a un río. Sin embargo, una vez allí se vio arrastrada por la corriente. Estaba ahogándose cuando una paloma, que se encontraba posada en una rama de un árbol cercano, observó la escena y acudió rauda a salvarla.

Tras ponerla a salvo, la hormiga agradecida le prometió que algún día le devolvería el favor si podía a pesar de su diminuto tamaño. Pasó el tiempo y un día un cazador llegó a la zona. Viendo a la paloma posada, aprestó su arma y se preparó para cazarla.

La hormiga, que se estaba cerca, vio la escena y acudió rauda a cumplir su promesa. La hormiga picó en el talón al cazador, el cual ante el dolor soltó su arma. La paloma aprovechó la oportunidad para salir huyendo volando, salvando su vida.

Moraleja

Toda buena acción tiene al final su recompensa.

  

El asno y la zorra encuentran al león

Había una vez un asno y una zorra, que eran amigos y había pactado protegerse mutuamente, un día salieron juntos a buscar comida. De repente en un recodo del camino se encontraron a un león. La zorra, ante el inminente peligro, le dijo al asno que se quedara allí quieto qué él negociaría con el león, así que se acercó al león y en voz baja le prometió capturar al asno si le daba su palabra de no comérsela a ella.

Entonces, se fue con el asno y le dijo que estuviera tranquilo porque no sería maltratado, se lo llevó a un profundo foso diciéndole que se guareciera allí. El león, viendo que ya el asno estaba asegurado, inmediatamente agarró a la zorra, y luego atacó al asno a su antojo”.

Moraleja

Nunca se debe traicionar a los amigos por temor a los enemigos, ya que al final también saldrás perdiendo.

 

El perro y su reflejo en el río

Un buen día iba un perro caminando a la orilla de un río llevaba en su hocico un pedazo de carne. De repente vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era otro perro que llevaba un trozo de carne más grande que el suyo. Y deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su compadre.

Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, solo era un reflejo, y el otro, el verdadero, se lo llevó la corriente.

Moraleja

No codiciar ni centrarse en obtener o usurpar los bienes o logros de otros, ya que ello nos puede hacer perder lo que hemos logrado nosotros mismos.