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📖 El Libro Embrujado

El Libro Embrujado

El Libro Embrujado


La gente que habitaba aquel pueblito era muy extraña, todos parecían sabios y magos, personas tan cultas y letradas que casi eran genios. Pero como todos los que vivían allí eran así, nadie se creía especial ni mejor. Para ellos era normal tener muchos conocimientos sobre todos los temas posibles.

Villaleo era un lugar fascinante desde todo punto de vista, sus paisajes  llenos de color, las casas de ensueño, los jardines floreados y su plaza central con árboles frutales y banquitos. Villaleo tenía cuatro calles y cuatro esquinas en cada una de las cuales había una biblioteca. 

Villaleo era visitado constantemente por turistas, buscadores, pensadores e intelectuales porque allí siempre encontraban respuestas a sus preguntas. Los habitantes de este singular pueblo tenían raras costumbres, por ejemplo, que en vez de tomar la hora del té, tomaban la hora de la lectura. En cada casa había un gran cuarto con estanterías repletas de libros desde el piso hasta el techo y a menudo se sentaban en familia para leer una historia. Como siempre decían los Villaleianos: a través de los libros podían viajar en el tiempo para conocer el pasado y vislumbrar el futuro, viajaban a países remotos, conocían personajes ilustres y accedían a un arsenal de teorías brillantes con sólo abrir un libro. 

Diego un niño villaleiano, fue el primer bebé en nacer el día del libro, fecha realmente especial para Villaleo, lo celebraban con exposiciones, cuentacuentos, carrozas y una gran feria. Así que por haber nacido en ese día tan especial, se convirtió en tradición que muchas personas de todas partes del mundo enviaran libros y regalos para Diego y su familia. 

Al llegar el décimo cumpleaños de Diego, le enviaron 15 docenas de libros. El niño estaba tan feliz que no sabía por dónde comenzar a leer. Además, el pueblo estaba de fiesta y se respiraba un aire de alegría contagiante. Su tío Manuel le dijo con entusiasmo: 

Diego este libro dice que sólo se imprimieron ocho ejemplares en todo el mundo. Es increíble, un libro de gran valor sin duda y lo tenemos aquí ¿no te parece que es un buen comienzo para leer?
Oh sí tío. ¡Debe ser magnífico!. - Y sin poder contenerse tomó el libro para leerlo. “Aic Narongi”, extraño título.

La noticia no tardó en llegar a los habitantes del pueblo: ¡sólo 8 ejemplares en todo el mundo! Nadie podía sospechar lo que se ocultaba entre sus páginas. Ese libro había sido enviado sin dedicatorias, ni tarjetas, nadie sabía quién era el remitente. 

Diego estaba tan emocionado que comenzó a leer en voz alta para compartir con su familia tan preciado regalo. Las palabras fluían de la melodiosa voz infantil dejando a los presentes hipnotizados. Cada línea era fascinante y a la vez dejaba una sensación sobrecogedora que helaba la piel.

La familia de Diego quedó sumida en un inquietante sopor y nadie pudo advertir lo que estaba ocurriendo a su alrededor. A medida que el niño avanzaba en la lectura los libros de la biblioteca se desvanecían uno a uno, inexplicablemente. La biblioteca quedó completamente vacía, una brisa corrió por la habitación y de repente todos volvieron en sí para percatarse de lo que había ocurrido.

No podían creerlo las paredes estaban totalmente desnudas, ni un solo libro. Pero qué había pasado, la confusión y la sorpresa no permitían que pudieran articular una palabra coherente. De repente en la calle se escuchó una gran algarabía que los obligó a salir corriendo.

Las personas corrían de un lado a otro con rostros desencajados y miradas angustiadas. Se escuchaba por doquier: ¡los libros, los libros! ¡Han desaparecido!

La señora Patricia, una viejita muy sabia que dirigía una de las bibliotecas, gritó horrorizada: ¡Han desaparecido, los libros se han esfumado por completo!

Diego y su familia hicieron un recorrido por el pueblo, sus bibliotecas y librerías… nada, ni un solo libro, era un paisaje deprimente. Tanta historia, tanta sabiduría y conocimientos se había perdido en un abrir y cerrar de ojos.

Diego, que era muy inteligente no tardó en percatarse de que la desaparición de los textos había ocurrido justo cuando él leía aquel libro tan singular que casualmente continuaba entre sus manos.

- Tío Manuel, éste libro no desapareció… es muy extraño, ¿no crees?
- Cierto. ¿Crees que tenga algo que ver con lo que está pasando Dieguito?
- No lo sé, pero es una gran coincidencia que justo cuando leía se desvanecieron los otros libros.
- Te diré algo, una vez leí un libro sobre magia y hechizos y mencionaban algo sobre libros encantados.
- ¿En serio? qué tal si este libro está hechizado. Vamos tío tal vez podamos ayudar.

Diego y su tío Manuel se fueron corriendo a las montañas donde habitaba el más sabio de todos los nativos de Villaleo. El sabio escuchó atentamente lo que le contaron, observó el libro con detenimiento y se quedó pensativo. Finalmente dijo con voz suave y pausada: el conocimiento es poder y quien tenga el conocimiento será blanco de ataques, al leer el libro activaron un conjuro sin saberlo, para poder deshacerlo, quien leyó el libro debe desleerlo hacia atrás en voz alta.

¿Blanco de ataques? ¿Conjuro? ¿Desleerlo? Diego y Manuel se quedaron un poco confundidos e intrigados pero no tenían tiempo que perder, así que decidieron no hacer muchas preguntas y regresaron a casa.

Muy bien Diego, dijo el tío Manuel, leerás el libro de atrás hacia delante, comenzando por la última línea hasta llegar al título.

Así lo hizo el niño, era increíble las palabras formaban otro texto de atrás hacia delante, con sentido y concordancia. Era escalofriante y extraño. La noche llegó rápidamente y las luces parpadearon y se apagaron, pero el tío Manuel encendió velas y linternas, mientras el resto de la familia vigilaba atentamente por si ocurría algo más.

Mientras el niño leía, los entrepaños de las bibliotecas parecían temblar pero no emitían ningún sonido al moverse, era como si vibraran. Casi a la medianoche Diego llegó a leer el título de atrás hacia delante: “Ignoran Cia”.

Mágicamente los libros comenzaron a aparecer uno tras otro en las estanterías, las bibliotecas y en las casas de todos los Villaleianos. Ese día fue inolvidable, y siempre se recordará cuando el conocimiento venció una vez más a la ignorancia y logró restaurar el orden en aquel pacífico y sabio pueblo.
L.D. Araujo Morales

Apuntes sobre el Cuento

Enseñanza/Moraleja:

La lectura vence a la ignorancia

 

Edad recomendada:

A partir de 6 años

 

Qué se trabaja:

La investigación, darle la vuelta a las cosas, a veces incluso volver sobre nuestros pasos para buscar soluciones.

 

Valores:

Curiosidad, análisis, investigación

 

Propuesta educativa de trabajo:

Después de leer el cuento puedes comentar con tu hijo/a una sencilla reflexión sobre la importancia de leer, de investigar y que a veces las cosas pueden ser entendidas de dos maneras.¿Has visto que algunas palabras tienen otro significado cuando las lees al revés? Se llaman bifrontes (Río = oír - Oído = odio - Anita = atina - Eva = ave - Roma = amor - Altas = saltas - Omar = ramo). También podemos aprovechar para investigar sobre los palíndromos, que son las palabras y frases que se leen igual de atrás hacia adelante: ¿Acaso hubo búhos acá? (Juan Filloy), y ver sobre los curiosos Ambigramas que se leen igual al girarlos 180 grados.


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