La monedita de oro
Una leyenda urbana
Hace mucho tiempo en un lindo pueblito, había una plaza en la que se reunía la gente para conversar, los niños jugaban y los enamorados paseaban. Un día un señor pasó caminando muy apresurado y se le cayó del bolsillo una moneda de oro. La moneda rodó y se metió en una rendija que había en la calzada.
Pasó el tiempo y nadie se daba cuenta de que en la rendija había una moneda de oro. Pero un niño al que le encantaba sentarse largo rato a jugar con sus coches en el suelo, se dio cuenta de que había algo brillante en el piso y con sus dedos finos y hábiles logró sacar de la rendija la moneda de oro.
El niñito estaba muy contento con la moneda así que la limpió y la pulió. La monedita se veía tan lustrosa y brillante que parecía recién salida del banco.
El niño se fue corriendo a la dulcería del pueblo y se compró toda clase de golosinas: caramelos, chupetas, chocolates, gominolas, ponquecitos… pagó con la moneda de oro y se fue muy contento para disfrutar de su tesoro de dulces.
Al poco rato, llegó a la dulcería un caballero muy adinerado que quería darle una fiesta de cumpleaños a su pequeña hija. El señor compró 2 piñatas, 2 tartas, gelatina y muchos dulces para meter dentro de las piñatas. Como el caballero era muy rico, pago con un fajo de billetes. El dueño de la dulcería le dio el vuelto con la moneda de oro y mandó a que entregaran todo el pedido en la casa del caballero.
Cuando el señor se dio cuenta de que le habían dado una moneda de oro se dijo: “vaya, pero que monedita más bonita, es tan brillante que parece una joya. Tengo una idea, le voy a regalar esta linda moneda a mi esposa”.
Al llegar a su casa el señor llamó a la esposa y le dijo: “querida hoy celebramos el primer cumpleaños de nuestra pequeña y deseo darte un obsequio para que recordemos este día, aquí tienes esta linda monedita de oro”. A la señora le encantó y pensó que era tan hermosa que mandaría a hacer un anillo para que le colocaran la moneda encima.
Los señores dieron su gran fiesta para celebrar el cumpleaños de su hija y al día siguiente la señora se fue a casa del joyero, ordenó que le hicieran un anillo y le colocaran encima la moneda de oro. El joyero se esmeró y le hizo el trabajo a la señora, quien quedó encantada con su nuevo y original anillo.
La señora llevaba su anillo a todas las fiestas y reuniones sociales y cuando no lo usaba lo guardaba con mucho cariño en una caja de terciopelo. Las personas que veían el anillo exclamaban ¡qué joya tan original y diferente! Y la señora se sentía muy contenta.
Con el tiempo las monedas de oro dejaron de circular y era muy raro verlas. De manera que se hicieron muy valiosas.
Los años pasaron y la hija de los señores se convirtió en una hermosa mujer que pronto se enamoró y se casó. Como su esposo no era muy adinerado, la mamá le dijo a la chica el día de su boda: “querida hija, se que te casas con el amor de tu vida. Quiero regalarte este anillo con esta monedita de oro que me dio tu padre cuando tú apenas tenías un año. Deseo que lo conserves y si llegas a necesitar algún dinero la utilices”.
La muchacha era muy feliz en su matrimonio, su esposo aunque humilde, era muy trabajador. Un día tuvieron la oportunidad de comprar una casa pero les faltaba algo de dinero para completar el pago. La muchacha recordó el anillo con la moneda de oro y corrió a buscarlo para venderlo, ya que para ese entonces era bastante valioso.
Efectivamente, la chica le vendió el anillo a un coleccionista que felizmente le dio lo suficiente para completar el pago de su casa. El señor coleccionista era un anciano chapado a la antigua al que le encantaba guardar objetos extraños y valiosos. Así que metió el anillo dentro de un gran baúl repleto de joyas, monedas de plata y oro, documentos importantes y piedras preciosas talladas con figuras exóticas. Como era muy desconfiado, agarró el baúl y lo enterró en el patio de atrás de su casa, justo al lado de un árbol.
El anciano nunca le dijo a nadie que tenía un baúl lleno de tesoros enterrado en el patio de su casa, así que cuando se murió sus hijos decidieron vender la vieja casa. Desde entonces cuentan que en alguna vieja casa, justo al lado de un árbol hay un baúl repleto de cosas valiosas, entre ellas un raro, antiguo y muy valioso anillo con una reluciente monedita de oro.
L.D. Araujo Morales
Apuntes sobre el Cuento |
Enseñanza/Moraleja:Una misma cosa puede tener un valor y una utilidad distinta según quien lo vea
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Edad recomendada:A partir de 5 años
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Qué se trabaja:Ubicarse en distintos puntos de vista. El valor del dinero.
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Valores:El valor de las cosas, la empatía, sentido de ahorro
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Propuesta educativa de trabajo:Después de leer el cuento puedes comentar sobre cómo eran las primeras monedas que se utilizaban: primero eran de oro, luego de plata y ahora ¿de qué están hechas las monedas? Las de 1, 2 y 5 céntimos son de acero recubierto de cobre. Las monedas de 10, 20 y 50 céntimos cuentan con una aleación de cobre, aluminio, zinc y estaño. Finalmente, las de 1 euro, cuentan en su interior con una aleación de cobre y níquel. ¿Sería lo mismo una moneda de un euro de oro que una moneda de níquel? Si te encontraras una moneda de oro ¿qué harías? |
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